viernes, 4 de octubre de 2024


Los talibanes prohíben el sonido de la voz de mujer

 

https://www.ultimahora.es/noticias/internacional/2024/08/23/2228035/afganistan-talibanes-prohiben-sonido-voz-mujer.html



Buff, me estremece enormemente el titular de la noticia. Me horroriza, me repugna, me da rabia (mucha rabia)… podría llenar la reflexión de este escrito sólo con los sentimientos y la repulsión que me produce.

Tenía razón Einstein en aquello de que, más que el universo, lo que sí es infinito es la estupidez humana. Y seguro estoy yo de que se refería sobre todo a ejemplos como este.

Llevo 14 años trabajando en la administración de cara al público, dispongo de mil anécdotas vividas en primera persona sobre parejas que vienen a pedir información sobre temas administrativos y es unos de los dos el que lleva la voz cantante, sometiendo a su compañera al ostracismo pese a que la titularidad en la materia le corresponde a la otra parte.

Intento generalizar porque es cierto que no siempre el abuso, la predominancia y la voz cantante se produce por parte del hombre respecto de la mujer, hablando siempre desde mi experiencia personal, pero no es menos cierto que dicha circunstancia se da en un 80 por ciento de los casos.

He de confesar que disfruto haciendo de menos al “machito sabelotodo” y me dirijo a la persona titular de los derechos o interesada, dejando muy claro que es a quien tengo que dirigirme precisamente por eso, por ser la titular o dicho administrativamente, la interesada en el procedimiento. Las consecuencias y las reacciones son variopintas, pero siempre hay un denominador común que me alienta a seguir con mi actitud y es que ambos se dan cuenta de la situación y mientras uno se calma un poco, la otra parte coge confianza y asume su valor por lo menos en esa situación.

Me gustaría añadir que, si ha habido entendimiento, al final vuelvo a hacer partícipe de las circunstancias al orador inicial y entienden ambos que la solución la deben afrontar desde la unidad como pareja y por igual.

Pocas veces, muy pocas, en contadas ocasiones, se produce una radicalización en los roles y ahí, para prevenir males a posteriori prefiero aflojar, dar las explicaciones necesarias y rogar para que no haya consecuencias indeseadas una vez que vuelvan a su entorno. Sin embargo…


Batalla perdida (pero no la guerra)


…. de un tiempo a esta parte y con aumento de la población árabe, cada vez son más frecuentes las situaciones extremas y radicales como las del último ejemplo.

Matrimonios en los que la mujer se queda sentada en la sala de espera, mientras que el marido con la documentación de ella es el que acude a la mesa y pretende realizar los trámites en su nombre. Ahí despliego todas las argucias legales para conseguir que se acerque ella en persona y hacer ver que ella es importante, de hecho es la protagonista de la tramitación. Que escriba, que firme, que reciba las explicaciones, etc.

Pero en estos casos, me atrevería a decir en todos, por desgracia, mi premio es muy pequeño. El sometimiento es brutal y la situación tensa, incomoda a ambos sobremanera. Mejor dicho, incomoda a TODOS sobremanera. A los compañeros de trabajo y al público en general que pueda haber en ese momento alrededor. Se nota, se percibe lo injusto de la situación. Duele.

La noticia del diario es el siguiente paso en el maltrato y sometimiento de la mujer en ese entorno. El poder, porque al final se trata de poder, ejercido hasta ese extremo cobarde y vil, me demuestra que lo que decía Einstein, por desgracia es bien cierto.



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